Todos somos diferentes y cada uno tenemos una personalidad única e irrepetible, sin embargo, existen algunos rasgos comunes que nos permiten identificar cuatro modelos o estilos relacionales.
El autoconocimiento es un elemento clave para el progreso personal y empresarial. Saber cómo somos no es tarea fácil, es un proceso lento y costoso.
Gracias al autoconocimiento podemos encontrar en nosotros, nuestras habilidades, cualidades, necesidades…
El Autoconocimiento nos aporta valor al liderazgo, a la creatividad, a la psicología, a la gestión de equipos, a la cultura de marca y sobre todo a conocernos mejor.
Una vez hayamos interiorizado nuestras características nos será mucho más fácil comprender y argumentar con otras personas.
De este modo para poder identificar nuestra personalidad utilizamos el modelo de Bridge en el que identificamos cuatro estilos con los cuatro elementos de la naturaleza;
La tierra: Racional-Reflexivo, se manifiesta a través de la sensación;
El fuego: Racional-Activo, se manifiesta a través de la Intuición;
Agua: Emocional-Reflexivo, se manifiesta a través de los sentimientos;
Aire: Emocional-Activo, se manifiesta a través de los pensamientos.
Cada uno de los cuatro estilos tiene asociados unos rasgos positivos y unos negativos:
Las personas tierra, por un lado se consideran personas precisas, claras, metódicas, discretas, prudentes y formales, por otro lado son cuadriculadas, reservadas, frías, paralizadoras, desconfiadas y muy críticas.
Los seres con una personalidad fuego, desde un punto de vista positivo son resolutivas, directas, valientes, enérgicas, competitivas y transparentes, por lo contrario desde otro punto de vista son mandones, dominadores, bruscos, no escuchan, discutidores y les gusta presionar.
Los individuos con una personalidad agua, son pacientes, protectores, acogedores, compresivos y les gusta escuchar por otra parte son indecisos, inseguros, frágiles, resignados, influenciables y se colapsan con más facilidad.
Las personas con una personalidad aire, son entusiastas, espontáneas, expresivas, sociables, persuasivas y dinamizadoras además también son exageradas, protagonistas, dispersas, dependientes y se precipitan rápido.
Todos tenemos tendencia a parecernos a alguno de los cuatro elementos presentados aunque podemos tener una mezcla con algunos de ellos.
¿Sabrías identificar que elemento es tu empresa? ¿y tus clientes?… ¡Descúbrelo!