Según la Real Academia Española, la palabra “domar” hace referencia a “sujetar, amansar y hacer dócil al animal a fuerza de ejercicio y enseñanza”. Y esto es lo que he estado intentando hacer con el aburrimiento estos días.

¡En tiempos de confinamiento, doma al aburrimiento!

Este es el lema que me repito cuando noto el más mínimo síntoma de pérdida de orientación en estos días de la cuarentena. Haber crecido en la cultura mediterránea me está haciendo echar mucho de menos los abrazos de mis amigos y familia.

Pero mi niña Lola, con su inocencia y su energía, me tiene entretenida. Es su insistencia la que me ha hecho quitar el polvo a los juegos de mesa: hemos recuperado el parchís, el monopoli, el scrabble (“culturizándonos” siempre ;)) e incluso alguna vez hemos cogido las cartas del trivial y hemos simulado un programa de tele, yo con mis dotes de periodista y mi hija con los de actriz.

Además, hemos creado una nueva rutina: los viernes por la noche son de karaoke. Yo me preparo un cóctel y a Lola un buen jugo de naranja, eso sí, no nos pasemos con el azúcar que luego no hay quien la duerma.  ¡Mirad qué bien se lo pasa! La imagen quedó un poco cortada pero su cara de felicidad quedó registrada 😉

¿Qué tal la Semana Santa? ¿Habéis ido a algún lugar en especial? Mis pies os aseguro que no…pero mi estómago… se ha recorrido toda España con los dulces de estas fiestas… Y sin duda alguna, el culpable de mis “quilitos” de más es el CAFÉ de la Comunidad TAG, que con sus recomendaciones de recetas descubrí los rubiols de Mallorca y me he convertido en una experta de torrijas, mirad qué pinta tenían 😉

La verdad es que tengo que confesar que mi refugio para conllevar el confinamiento han sido ellos, los CAFÉS. Tengo que dar las gracias a las recomendaciones de series que nos hicieron y a la vez culparles, porque me fulminé Ozark y Érase una vez en una sola semana. Gracias Marta, amiga mía, por compartir conmigo tu cuenta de Netflix.

Por supuesto no me ha faltado tiempo para seguir también el vídeo que compartieron de Marie Kondo, que si me animo, a lo mejor próximamente os cuento los mejores trucos que me han servido para ordenar y ganar espacio. ¡Y tanto espacio! Solo os digo que la capacidad que han ganado mis armarios es proporcional al aumento de capacidad de mi estómago estos días.

¿Y qué me decís de viajar? A mí la verdad es que las ganas no me las quito ni viendo documentales! Pero a grandes males, buenos son los remedios y eso es lo que hecho. Evadirme a través de los libros, en especial, con el de Nueva York de Edward Rutherford. Me lo regalaron el año pasado el día Sant Jordi y todavía no lo había estrenado, pero como ahora tiempo no nos falta, seguí la recomendación de José Miguel Gimeno. Y lo reafirmo: ¡100% recomendable!

Pero a veces también recurro a la enciclopedia de Internet. ¿Sabíais que la carrera espacial nos dejó artilugios muy útiles para los terrestres? A pesar de que se crearan para hacerle la vida más fácil a los astronautas, también han mejorado la nuestra. Los electrodomésticos inalámbricos, la comida deshidratada, el detector de humo y los colchones con memoria, aquellos que se quedan con tu forma, son ni más ni menos que artilugios ¡MADE IN LA NASA! ¿Curioso, no?

Sin duda alguna, y a pesar de la situación extraordinaria que estamos viviendo, tenemos que ver el lado bueno de las cosas, título de una película que, si no habéis visto, ya tenéis planes para el “finde”. En nada ya estamos en la calle, y los reencuentros serán lo mejor de la primavera, os lo aseguro.

Palabra de Bárbara.

*Bárbara se licenció en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona porque su vocación desde bien pequeña era contar historias. Ha colaborado en diversos medios de comunicación culturales y de tendencias, y ahora también está con nosotros en nuestro Blog Verde Lima.