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El detox digital de Bárbara

Nos revela sus trucos para ponerlo en práctica

Los hemos perdido. Hace ya mucho tiempo que algunos de nuestros cinco sentidos han pasado a estar al servicio de la tecnología. Nuestros ojos ya no miran a nuestro alrededor, sino a pantallas; nuestro tacto ya no responde a la textura de una toalla, sino más bien al plástico y metal que envuelve nuestro teléfono. Y qué decir de nuestro oído, que reconocería antes la notificación de un whatsapp que una llamada de socorro… Estamos permanentemente conectados a Internet. Dependemos de las pantallas para todo: desde el terreno laboral hasta nuestro tiempo de ocio.

Por favor, que levante la mano quien coincida conmigo que estos meses de reclusión han estrechado todavía más (si es posible) este vínculo con la tecnología.

Así que después del confinamiento me propuse como meta hacer un detox digital. Sí, sí. Abstenerme por completo es imposible, pero… ¿reducir al máximo el uso de dispositivos electrónicos? Sí es posible.  ¿Mi objetivo? Desconectarme para volver a conectar con el mundo físico que nos rodea y cuidar las relaciones sociales.

Algunos pensarán que es una tontería hacer una “desintoxicación digital”, pero os puedo asegurar de primera mano que no lo es. ¿Por qué hacer una? ¿Cuáles son los principales beneficios? Pues bien, yo los resumiría en estos cinco puntos:

Disminuye el estrés, la ansiedad y sobretodo las distracciones, que se traduce en un mayor incremento de los niveles de atención.

Se mejora el sueño y en consecuencia la productividad.

Se mejora la eficacia en todos nuestros ámbitos de actuación.

Se acaba con el FOMO (fear of missing out), es decir, el miedo a perdernos algo si desconectamos.

Y sobre todo, se gana en tranquilidad y equilibrio en uno mismo.

Y ahora la pregunta del millón… ¿CÓMO se hace esto? ¿Cómo podemos desconectar en un mundo totalmente conectado?

El primer paso a seguir es determinar un tiempo de duración del detox digital. Los expertos dicen que para empezar, una semana es ideal.

En segundo lugar debes marcarte un propósito de esta desintoxicación y organizarte. Muchas tareas y cosas para hacer, así como fechas importantes las guardamos en la agenda del móvil. Es hora de coger papel y lápiz y pasarlo a nuestra agenda manual.

En tercer lugar, es hora de configurar el móvil y el ordenador para que no te molesten. Desactiva todas las notificaciones innecesarias. ¿Cuántas veces hemos recibido una notificación de una nueva noticia en twitter, entramos y sin darnos cuenta, cuando levantamos los ojos, ya han pasado tres cuartos de hora? Es muy importante priorizar los ringtones de las notificaciones. Muchas personas utilizamos el mismo sonido para mensajes importantes y urgentes a la vez que los estúpidos. Pues bien, ahora es el momento de priorizar. Ahora es el momento de asignar un ringtone específico a aquellos contactos más importantes. ¿El resto? Silenciados.

También en este tercer paso, es importante hacer una limpieza del móvil y las aplicaciones que ya no usas, porque cuando estés “aburrido” por la desintoxicación… estás apps que antes no utilizabas les volverás a dar vida. ¡Y esto se debe evitar!

En cuarto lugar, crea reglas específicas para ti. Como por ejemplo, no utilizar el móvil al despertarme, no llevármelo en salidas y comidas con amigos, etc. Los que tú creas más convenientes.

Y en quinto y último lugar, disfruta. Disfruta de ti mismo y de tu entorno. Si sigues estos pasos, lo conseguirás.

Palabra de Bárbara.


AVATAR-BARBARA*Bárbara se licenció en Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona porque su vocación desde bien pequeña era contar historias. Ha colaborado en diversos medios de comunicación culturales y de tendencias, y ahora también está con nosotros en nuestro Blog Verde Lima.

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