No. No hubieras sido más feliz si hubieras corrido la maratón de Nueva York tras meses de exhaustos entrenamientos. No sería mejor si pesases 10 kilos menos ni te querrían más las personas a las que importas si hubieras mejorado profesionalmente. Serías el mismo ser humano y tus anhelos serían otros, igualmente inalcanzables a primera vista. Es parte del sentido de nuestra existencia. Nuevos objetivos en enero o en septiembre, nuevos principios con tabla rasa, nuevas metas y oportunidades de cambiar…
Pero en la sociedad que vivimos, los propósitos nos aprietan un poco más nuestra ya apretada vida como un lazo suave pero incómodo. Están ahí todos los días para recordarnos que no podemos con todo. Que no somos capaces. La realidad es esa. No podemos abarcar tanto como nos exigimos y el lazo aprieta y aprieta como si lo hubiésemos pisado. Nadie nos exige que dejemos de fumar, de perder el tiempo con el móvil o que adelgacemos. Nadie espera que aprendamos otro idioma en 10 minutos al día o que tengamos más tiempo para los amigos a los que ya apenas vemos. Somos nosotros, nuestros más implacables jueces, quienes queremos ir un poco más allá. Como si no tuviésemos suficiente. Y ahí es donde comienzan los problemas…
Un informe elaborado por Nascia, centro especializado en el tratamiento de los síntomas de estrés, afirma que los propósitos de año nuevo generan ansiedad en cuatro de cada diez personas. Según este informe, la mayoría de estas aspiraciones se centran en la salud y la alimentación.
Para Pablo Muñoz Gacto, fundador de Nascia, estos propósitos “en sí mismos no constituyen ninguna amenaza siempre y cuando no se conviertan en una obsesión. La actitud mental y la motivación juegan un papel fundamental en este tipo de metas personales”. “La ansiedad se genera por crear expectativas de cambio muy altas y en espacios de tiempo muy cortos y, si no se consiguen, es cuando desciende la motivación y se cae en el desánimo que lleva a situaciones de ansiedad y estrés”.
Tres objetivos que sí podrás cumplir este año
1.- Sigue siendo tú
No te ha ido mal. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) afirmaba en 2021 que más del 80% de los españoles es muy feliz. ¿Un buen propósito para 2024? Seguir así. Echa la vista atrás y verás cómo estás en un lugar del que puedes sentirte orgulloso u orgullosa. Pese a todos los propósitos que no fuiste capaz de cumplir, el camino no ha estado nada mal. No, no hablas ruso; tus abdominales no son los que soñaste y no has sido capaz de leer todos los libros que Bill Gates recomienda. (La verdad, Bill, empezamos a creer que lees 24 horas al día).
2.- Olvida la versión que no fuiste
Es cierto. Hubo muchos propósitos que no cumpliste, pero piensa en por qué no pudo ser. Falta de tiempo, de ganas, de motivación o de todo un poco. Hiciste algo más importante: estar con tu familia, con tus amigos, leer o ver un maratón de series. Sin remordimientos. El cuerpo a veces dice basta. La mente también. Es el momento en el que sin saber por qué nos sentamos frente al ordenador a perder el tiempo, nos tumbamos a ver la tele o nos damos un atracón de helado con galletas. Todo, en equilibrio, forma parte de una vida completa y sin farsas.
3.- Pierde el tiempo
Lo mereces. El profesor de Harvard y doctor en ciencias sociales, Arthur Brook, ha dedicado su vida a hacer mejor las nuestras. En su columna en The Atlantic nos brinda consejos para ser la mejor versión de nosotros mismos. Brook nos recomienda planificar el descanso por lo menos con el mismo cuidado que el tiempo de trabajo. Y en este punto podemos ser tan creativos como queramos. Descansar es para cada persona una opción diferente y todas son válidas. ¿Candy Crush también? Pues si tu cabeza lo necesita… ¡También!
¿Quieres algo más clásico? Que no sea por nuevas metas para 2024
- Bienestar Digital
Desconecta de la tecnología por lo menos dos horas al día y 24 horas al mes. Utiliza ese tiempo de apagón para restablecer el equilibrio en tu vida. Meditando, practicando yoga, mindfulness o lo que prefieras. Tú eliges.
- Ecología en primera persona
Escala un nivel en tu sostenibilidad personal. Si ya reciclabas, aborda el consumo responsable. Sin envases individuales, apostando por la compra a granel o el consumo kilómetro 0. Busca la más ambiciosa de tus metas para lograr tu propia huella de carbono cero.
- Desarrollo de Habilidades 4.0
No, no lo sabes casi todo. La tecnología está en continuo cambio y es imposible seguir sus pasos. Sin perder el ritmo, ponte al día en habilidades digitales y conviértete en una persona ambiciosa para lograr tu propio crecimiento tecnológico.
- Bienestar emocional
Uniendo los dos propósitos anteriores, la salud mental está adoptando tecnologías disruptivas. Se trata de lograr una mente en equilibrio con todas las “armas” que tengamos a mano. Y ahí es donde entra en juego la realidad virtual. Desde meditaciones guiadas hasta entornos terapéuticos virtuales, el fin es frenar el estrés.
- Conexiones significativas
El propósito es redefinir nuestras relaciones sociales sustituyendo la cantidad por la calidad. Muchas personas apuestan hoy por reducir su círculo social para convertirlo en un verdadero espacio de convivencia, porque… ¿quién quiere o puede convivir con sus 5.000 seguidores?.