No, no es una especie en extinción. La escritura manuscrita esconde grandes y beneficiosos secretos que poco a poco están siendo desvelados. Perdemos mucho más que ganamos escribiendo en ordenadores, tablets y móviles y hay todo un movimiento que invita a volver a los bolígrafos, las plumas y los lápices de colores.
Sandra Cerro, grafóloga y perito calígrafo, explica en su blog que “cada letra que trazamos es diferente a las demás, tiene su propia estructura de forma y una dinámica de ritmo que la diferencia de las otras letras. Por lo tanto, nuestro cerebro asocia a cada letra una idea diferente y, al establecer ligados o uniones entre letras, trabajamos la asociación de ideas, de pensamientos; fomentamos la habilidad lógica, la continuidad y el razonamiento vinculado y estratégico”.
Un reciente estudio de la revista Frontiers in Psychology ha puesto de manifiesto que escribir a máquina es menos estimulante que hacerlo a mano para el cerebro. Se pidió a un grupo de estudiantes que escribieran palabras en cursiva usando un lápiz digital en una pantalla táctil o que escribieran las mismas palabras usando un teclado. Cuando una palabra como “bosque” o “erizo” aparecía en una pantalla frente a ellos, tenían 25 segundos para escribirla o teclearla. Los chicos y chicas tenían un gorro lleno de sensores capaz de leer su actividad cerebral. Cuando escribían a mano, esta actividad se desataba: las células cerebrales se activaban y las diferentes partes del cerebro se comunicaban entre sí. “Demostramos que escribir a mano activa casi todo el cerebro en comparación con escribir a máquina. El cerebro realmente no se ve muy desafiado cuando presiona las teclas, a diferencia de cuando dibuja esas letras a mano”, afirma Audrey van der Meer, coautora del estudio y profesora de neuropsicología en la Norwegian University of Science and Technology. Van der Meer explica que el acto de formar una letra activa recuerdos distintivos y vías cerebrales vinculadas a lo que representa esa letra -su sonido, las palabras que la incluyen…-. «Pero cuando escribes en un teclado, cada letra se produce con el mismo movimiento muy simple de los dedos y, como resultado, utilizas todo tu cerebro mucho menos».
¿Manuscrito? Sí, por favor
Muchas son las ventajas de volver a la pluma o a los bolígrafos de siempre. Éstas son sólo algunas…
- Mejora nuestra asociación de ideas y razonamiento lógico: Al escribir a mano unimos letras de forma individual, lo que fomenta la asociación de ideas. Además, la continuidad entre las letras estimula el razonamiento lógico y la coherencia en la expresión.
- Incrementa nuestra actividad cerebral: Existen diferentes áreas visuales, motoras y cognitivas en el cerebro que son activadas al escribir a mano. Cada letra trazada es diferente, creando conexiones complejas y estimula ambos hemisferios cerebrales.
- Aumenta nuestra creatividad y pensamiento crítico: Al procesar la información con nuestras propias palabras desarrollamos una mayor consciencia. Esto favorece la creatividad y el pensamiento crítico.
- Mejora la comprensión lectora: La escritura manual permite reestructurar la información y fijar conceptos. Es especialmente útil para crear esquemas, resúmenes y mapas conceptuales.
- Ejercicio mental que reduce el estrés: La escritura manual es una excelente forma de ejercitar el cerebro y combatir el deterioro cognitivo. Por el camino, nuestros niveles de estrés descienden.
- Mejora nuestra retención de la información: Escribir a mano permite que el cerebro retenga más información y la recuerde a largo plazo. Es un ejercicio beneficioso para la memoria.
¿Te animas a practicarlo?