¿Trabajadores enfermos o desmotivados? ¿Ambiente enrarecido? ¿Desánimo general y falta de innovación? El entorno físico desvela mucho de nuestra cultura laboral. Ha llegado la hora de poner en práctica la psicología ambiental en el diseño de nuestros entornos de trabajo.

El informe Design of the Workplace Report, de Brookfield Properties y Foster+Partners arroja luz sobre este asunto. El impacto psicológico de nuestros espacios de trabajo es superior a lo que se pensaba.

El principal resultado de este estudio habla de sostenibilidad, como no podía ser de otra manera. «Los trabajadores están cada vez más comprometidos con las prácticas sostenibles de los edificios en los que trabajan», explican los autores del informe. Ya no es suficiente con hablar de espacios cómodos, ergonómicos o creativos. Un elemento nuevo ha superado a los anteriores. «Los edificios deben responder a las necesidades de los usuarios, pero también a las del público en general. Un edificio no existe de forma aislada, sino que forma parte del medio urbano que lo rodea».

Los jóvenes mandan

Según este informe, son las nuevas generaciones las que están forzando este cambio. Ellos son exigentes en lo que a sostenibilidad se refiere. Así, el 25% de los encuestados estaría pensando dejar su oficina por su mal diseño y un 20% cambiaría de trabajo si el espacio no fuera sostenible.

Y es que para los más jóvenes el futuro del planeta es un tema esencial, por delante de otros criterios secundarios. El informe habla también de felicidad en el trabajo. Que este estado del ser humano incrementa su innovación y productividad está demostrado. Por eso todos quieren trabajadores felices. Y en este difícil arte de buscar el bienestar de la plantilla, el espacio de trabajo tiene mucho que decir. El informe de Foster y sus socios afirma que «un lugar de trabajo que te hace sentir que estás haciendo una contribución positiva al mundo te hace más feliz, te convierte en un ser menos aislado y más integrado en la sociedad». Lamentablemente, la realidad a veces choca de frente con estas afirmaciones. Uno de cada diez encuestados entrevistados afirmó sentirse mal -tanto física como mentalmente- por el pésimo diseño de su espacio de trabajo. El punto negativo más destacado fue la temperatura ambiental. Demasiado frío o calor en invierno, demasiado frío o calor en verano.

El informe no olvida los espacios híbridos de trabajo, pese a que dividen la opinión de los trabajadores. «No entiendo la necesidad de tener un espacio híbrido que pueda utilizar cualquiera en la oficina. ¿Qué hago con mis cosas personales, las que hacen que me sienta bien?», comenta Laura, funcionaria de la Comunidad de Madrid. En muchas de sus dependencias oficiales se está implantando esta fórmula de trabajo, con taquillas para los trabajadores y portátiles sin mesas fijas. Su compañero Álvaro ríe y le resta importancia. «A mí me da igual y casi prefiero cambiar de compañeros y espacios. No me importa nada».

Los errores a evitar

Para los arquitectos de Foster+Partners las siguientes claves pueden convertir nuestras oficinas y despachos en un lugar insano:

Mala ventilación. Imprescindible para un ambiente de trabajo saludable un espacio perfectamente ventilado. La calidad del aire tiene, según la Universidad de Harvard, un «gran impacto en la función cognitiva de los empleados, en sus tiempos de respuesta y en su capacidad de concentración».

Poca luz. Aunque parece evidente, un gran número de oficinas no cumplen con los niveles mínimos. Con los niveles adecuados, deberemos alternar luces blancas, que ayudan a la concentración, con amarillas, siempre cálidas y acogedoras.

Temperatura inadecuada. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo dicta que en verano, la temperatura debe oscilar entre 23ºC y 25ºC y en invierno, entre 20ºC y 24ºC. El problema llega de las salidas de aire: empleados congelados y otros muertos de calor. En estos casos se impone el diálogo y una negociación razonada.

Muebles incómodos. Prácticos, ergonómicos, adaptables a cada trabajador… El mobiliario de oficina habla -mucho- de nuestra cultura de empresa. Sillones regulables, mesas acogedoras con alturas ajustables harán de nuestros espacios lugares a pleno rendimiento. Estamos ante una inversión con retorno garantizado.

Dificultad para el reciclaje. La sostenibilidad es ya un camino sin retorno. Los trabajadores quieren mantener en sus puestos de trabajo sus hábitos de reciclaje. La pandemia dio un último empujón a rezagados, tal y como afirma un informe de Ecoembes. Sus datos hablan de más de dos millones de españoles que empezaron a separar residuos en 2020.